✨ Luz interior - Carta de Amor Propio ✨
¡Dios mío! Pero qué... ¿Qué te ha pasado? ¡Estás sangrando!
Oh, cariño, veo que tu corazón está roto... Pero tranquila, ahora estoy aquí. Ya no estarás sola en esto.
Llora todo lo que necesites, deja que el alivio bañe tu dolor. No hay vergüenza en tus lágrimas; son prueba de tu fortaleza y humanidad.
Sé que estás sufriendo, pero ahora me tienes a mí. Juntas, vamos a sanar estas heridas.
Observo las cicatrices en tu cuerpo, testimonios de batallas pasadas...
Hay nuevas heridas... Esta vez viste venir el golpe pero dudaste de su realidad. A veces, es difícil reconocer la traición, especialmente cuando se disfraza de bondad.
Es cierto, hay quienes intentan opacar tu brillo, guiados por la amargura o el dolor propio. Utilizan la manipulación, disfrazada de honestidad, para hacerte dudar de tu valor.
Pero aquí está la verdad: eres suficiente. Más que suficiente. No dejes que te hagan creer lo contrario. No permitas que te rompan.
Tú eres fuerte, resiliente, y capaz de reconstruirte, incluso más brillante que antes.
Esos seres, perdidos en su propia oscuridad, no tienen sentimientos. No malgastes tu energía intentando cambiarlos o salvarlos. Tu camino es de luz, y no todos están preparados para aceptarla.
Pero recuerda, siempre habrá aquellos cuya propia luz resuena con la tuya.
Aquellos que te miren y vean tu luz, y se alegren de tu prosperidad, son las personas adecuadas. Están hechos de la misma sustancia, del mismo fuego vital que arde en tu interior. Son los que realmente merecen un lugar en tu vida
Yo estaré aquí, seré tu fuerza para seguir adelante y enfrentar el miedo. Y si este miedo es muy grande, seré tu coraje. Seré el respeto y amor que ponga límites para que nadie pueda romperte otra vez.
No estás sola.
Sé siempre tú misma. No necesitas ni permitas cambiar para encajar en las expectativas de nadie. No te avergüences de tu grandeza.
No lo olvides, tu luz es tu mayor regalo. En momentos de oscuridad, es ella quien te guiará. Cuida de ti, ámate con toda la intensidad que mereces, y nunca jamás permitas que nadie te haga dudar de tu brillo.
Eres increíble tal y como eres. Con cada herida, has ganado sabiduría y fuerza. Son marcas de tu capacidad para superar y seguir adelante, más sabia, más fuerte, y más brillante.
Así que, levántate. Seca tus lágrimas. Mira hacia adelante con la cabeza alta. Estás destinada a una hermosa vida llena de grandes cosas.
Y recuerda, siempre estaré aquí para ti, apoyándote, creyendo en ti, amándote. Juntas, no hay herida que no podamos sanar, no hay oscuridad que no podamos iluminar.